«Días de Mariposa» es una novela corta en la que estuve trabajando hace ya un tiempo, la voy a publicar en pequeñas partes todos los martes a las 18hs hora Argentina, 23hs hora de España, 17hs Miami.
Espero que la disfruten:
Día Siete
Tras haber pasado la mitad del día haciéndose tediosos estudios y tras haber demostrado amabilidad y buena conducta, los médicos decidieron darle permiso para que saliera al patio del hospital, era un hermoso día de primavera para que tanto él como su mascotita pudieran disfrutarlo al menos un momento.
-Hoy me decido corazón -le hablaba Juan a la mariposa -la voy a invitar a salir. Me he portado bien, me tienen que dejar ir, además que ganan ellos teniéndome encerrado todo el tiempo en este horrible lugar.
Unas curiosas palomas bajaron de los árboles del patio y se acercaron a él esperando que las alimentase, Juan solo las miraba ya que no tenía nada para darles, fue cuando vio a Valentina caminando en los pasillos del hospital, como en una obra cinematográfica sus elegantes movimientos parecían hacerse en cámara lenta y al verla le hacía sentir algo a lo que no estaba acostumbrado, una agradable sensación en el pecho que no le era común. ¿Será que había encontrado el amor? ¿Será que podría romper el maleficio? Pero como si fuera un adolescente las dudas superaban a sus certezas.
-Hola Juan ¿Cómo está tu corazón? -le preguntó Valentina que decidió quedarse a conversar un rato con él.
-No es mi corazón, es… es una mariposa que tengo encerrada en un frasco. ¿Viste que ya no estoy loco? -le respondió Juan sonriendo.
-Qué bueno, entonces ya podés abrir la tapa del frasco y dejarla libre.
-Yo la dejaría libre solo si me prometes algo, que saldrías a cenar conmigo.
La chica abrió los ojos con sorpresa, luego miró hacia abajo sonriendo, por unos momentos olvidó que él era un paciente y ella una enfermera y se dejó llevar por las ilusiones de su joven corazón.
-Me sorprendiste, no sé qué decirte -sonrió nerviosa -creo que tengo que atender a los demás pacientes, ya estuve mucho tiempo contigo, la próxima vez que nos veamos te contesto.
Se retiró caminando a gran velocidad ante un sonriente Juan, luego de que se fue él tomó su frasco y lo acercó a su pecho.
-ves corazón, si ella me contesta que sí, me juego y te libero -se detuvo un rato a pensar -y sí he de morir habré de morir, espero que sea buena mi suerte.
La mariposa no dejaba de revolotear dentro del frasco, tal vez estaba ilusionada ante la promesa de su dueño, así podría disfrutar de las flores de la primavera. Juan apreciaba a las palomas volar, Valentina de a ratos detenía sus quehaceres para pensar y la mariposa bailaba en su limitado aire; los tres sin saber que desde una ventana, anotando en su planilla, la doctora Roxana Medina con desagrado había visto todo lo ocurrido.
-¿Me mandó a llamar doctora?
-Sí pasá sentáte -le respondió sin moverse de su escritorio -la mandé a llamar porque noté una conducta inapropiada para una enfermera, no debería mantener ese tipo de relaciones con sus pacientes, al menos no adentro del hospital, además recuerde el detalle de que es “un paciente”.
-Es que…
-¡¿Es que qué?! -la interrumpió bruscamente -¿Qué le va a crear falsas expectativas? Recuerde que ese muchacho no está bien de la cabeza -se levantó y caminó con los brazos cruzados en su espalda por detrás de Valentina -siga mi consejo, usted es muy joven, no tire por la borda su carrera por errores como ese. Ahora retírese y luego se le comunicará la sanción pertinente.
Se había hecho de noche ya y Juan que había mejorado de manera sorprendente esperaba acostado con ansias la hora de la cena, cuando alguien abrió puerta.
-Buenas noches señor Juan Cortes, es hora de la cena.
-¿Y Valentina? ¿Porque no vino?
-¿Se refiere a la señora Rodríguez? No ella no pudo venir por motivos que desconozco -le respondió la nueva enfermera.
…continuará.
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