Los niños del futuro 6

«Los niños del Futuro» es una historia que escribí en mi adolescencia y que años después la mejoré para que su lectura sea más agradable. «Final infartante.»

La voy a publicar en pequeñas partes todos los martes a las 18hs hora Argentina, 23hs hora de España, 17hs Miami.

Espero que la disfruten:

 “Ya se ha cumplido el tiempo reglamentario, en cualquier momento esto se termina, pero ¿Habrá rato para una más? Desde su área la lleva el rata que pasa la mitad de la cancha y la va a pasar ¡Faul! Tiro libre para la Argentina, ahora suben todos a buscar el empate milagroso.”

-¡He tiempo! ¡Terminá el partido!- gritaban del otro lado de la cancha.

-¡Dejá que patee!- le dijo el hermano del rata.

“Le va a pegar el gordo Cabral, todos están en el área buscando el empate. Patea rastrero, un busca pie que rebota en la pierna de un defensor, le queda para la pulga que dispara, el arquero da un rebote corto, arremete el cabezón Benítez que la empuja forcejeando entre golpes con lo último que tiene ¡Gol! ¡Goool de Argentina! ¡El partido ahora está 2 a 2!”

-¡Gooool! ¡Tomá para vos puto!- tomándose los genitales le gritaba uno de los hermanos del  rata a la tribuna rival.

-¡He hijo de puta! ¡¿Por qué no terminaste el partido?!- se escuchaba el grito de protesta enardecido desde el otro lado de la cancha.

-Tranquilos muchachos, el que hace el gol gana- dijo riéndose el borracho.

“Clima tenso en el estadio, las tribunas están enloquecidas, esto podría no terminar bien ya que las medidas de seguridad no dan garantías. ¡El partido se define por el gol de oro, el primero en anotar será el campeón del mundo!”

“Saca del medio Carlitos, que se la pasa a la pulga y va a buscar el centro, la pulga que la recibe y es fauleado terriblemente, pero se levanta y sigue adelantando la pelota.”

 El balón entre las imperfecciones propias de la cancha de tierra fue picando sin poder ser controlada por el defensor, que erró la patada cayéndose al suelo.

“Pifia del defensor que es aprovechada por la pulga, que tira el centro para Carlitos, el cabezazo ¡Gol! ¡Goool de la Argentina! ¡Argentina es el nuevo campeón del mundo! ¡El plantel muy alegre va a festejar junto a su hinchada, ante la tristeza y bronca del equipo rival, una final que nunca olvidarán!”

  Los niños muy contentos fueron a festejar con los hermanos del rata este gran triunfo, cuando de repente, voló una botella desde el otro lado de la cancha que explotó en pedazos cerca de donde estaba ellos.

-¡Hijos de puta! ¡Nos robaron el partido!

-¡Andá a cagar vos! ¡Quien les mandó a ser tan perros!

Dos jóvenes de entre 17 y 19 años, uno por cada lado, se acercaron al centro del campo.

-¡¿Qué te pasa a vos?! ¡¿Querés que te cague a trompadas?!

-¡¿Qué vos creés que te tengo miedo?! ¡Probá tu suerte putita!

Los jóvenes muy enardecidos comenzaron a empujarse, sin dejar de mirarse fijamente el uno al otro; hasta que finalmente uno de los dos lanzó el primer golpe, y tras ese primer golpe las dos hinchadas saltaron al campo de juego para entrelazarse en una pelea, la dignidad y el honor del pasillo que antes fue defendida por los más pequeños en un partido de futbol ahora era asunto de los más grandes que trataban de imponerse mediante la fuerza.

La lluvia se hacía presente en la batalla y los niños que eran espectadores de la pelea prefirieron marcharse del lugar para no recibir más tarde un castigo por parte de sus madres cuando los encontrasen, aparte de lastimados, con la ropa toda teñida de barro.

-Vamos a tu casa pulga- dijo el gordo.

-Vamos, si, a mirar dibujitos un rato- este le respondió.

.continuará.

El pez de oro

El fuerte sol del mediodía convertía en un inmenso espejo al tranquilo río, y en medio de este, una pequeña canoa compartida por un hombre y un pequeño niño; el hombre movía sus brazos como en un baile mientras tiraba su linea al agua para ver si sacaba algún pez para que sus hijos puedan comer ese mismo día, solo un pez hacia falta, y al día siguiente repetiría la escena, como buen pescador que vive y se alimenta de lo que pesca.

La carnada cayó al agua ocasionando una pequeñas olas, los pájaros en las ramas del espeso monte que rodeaba el río observaban esperando la posibilidad de atrapar algo que salga de las aguas, pero este parecía un día con poco pique. El hombre miraba tranquilo los árboles, acostumbrado a estar esperando largas horas para atrapar algo, su piel quemada por el sol, su rostro de facciones duras y sus ojos secos por el calor así lo demostraban; y el niño, en silencio, miraba atentamente a su padre, esperando cualquier instrucción que él le dé, debía aprender lo mejor del oficio, porque su destino seguro también sería el de ser pescador.

Después de unas horas la linea se tensó, algo había mordido el anzuelo, el hombre se preparó para sacar al pez del agua, daba linea y tiraba en un juego de agotar al animal, al pasar como dos horas de extenuante lucha, algo no muy acostumbrado para él, finalmente fue acercando al pez a la superficie; pero no era cualquier pez, el río alrededor del lugar comenzó a iluminarse con una luz dorada y cuando saltó del agua el hombre y el pequeño niño quedaron sorprendidos, era un animal hermoso, de un color oro brillante como el metal.

-¡Ven, ayudame!- le dijo el hombre a su hijo.

El niño se acercó pero ya era tarde, la linea se había cortado y el pez se marchó hacía el fondo iluminando su camino; mientras lo hacia tras de si, el agua empezó a burbujear como si estuviera hirviendo y de repente cientos de peces comenzaron a saltar del agua, algunos pájaros aprovecharon la situación y se llevaron su presa; los pescadores también, pero solo uno llevaron, ya que su tradición era de tomar solo el que iban a comer en el día.

-Vamos a casa- le dijo el hombre a su hijo, con el rostro lleno de alegría porque habían visto algo sorprendente, algo que no olvidarían el resto de sus vidas.

Y así fue, nunca habían olvidado aquel pez dorado, tal es así que el niño se volvió anciano, el monte terminó desapareciendo y en su lugar se levantaban grandes edificios; el agua también cambió, volviéndose sucia y contaminada por los desechos de la ciudad que se erigió en el lugar. Noventa años separaban aquel suceso de este hombre viejo que intentaba, a orillas del río contaminado, pescar ese pez de oro.

-¿Porqué no dejás eso?- le decía un indigente que le hacía compañía-No vas a pescar nada, desde que se construyó la represa que abastece a la ciudad de energía ningún pez se volvió a ver.

El anciano lentamente, con los musculos ya secos por la edad, tiró la linea con la carnada al agua, ignorando a su acompañante.

-Te lo digo en serio- continuaba hablando el indigente- lo sé porque yo ayudé a construirla, pero esos malditos me despidieron cuando me negué a continuar con la estafa de los contaminantes que tiraban al rio. ¡Malditos! ya nada de vida le queda al río- dijo el sujeto no pudiendo controlar su ira- me voy, no puedo verte continuar todos los días haciendo lo mismo, ya no te soporto.

El indigente se fue, atormentado por sus propios problemas, y el anciano quedó solo hasta que se hizo de noche.

Al pasar algunas horas, sorprendentemente algo mordió el anzuelo, y el río oscurecido por la contaminación comenzó a iluminarse como aquella vez en el pasado, el anciano luchó con todas sus fuerzas, las ultimas que le quedaban para ver a aquel pez de oro que conoció cuando era pequeño y que tanta pesca había dado a los pobladores del lugar. Finalmente el pez saltó del agua, pero esta vez su tamaño era diez veces mas grande que esa vez.

-Que bueno, que bueno-dijo el anciano y exhaló su ultimo aliento.

El gran pez dorado se quedó en la superficie, cerca del anciano y sin cortar la linea se alejó hacia el fondo del río llevándose el cuerpo de aquel hombre con él.

Minutos después el agua comenzó a largar burbujas como si hirviera, y se escuchó un estruendo espantoso, un ruido tan fuerte que hizo que todos en la ciudad prestaran atención, era como una explosión que venía desde la represa, luego todos se aterraron al ver que esta se había roto y desde los escombros de la represa caída brotaban entre las aguas grandes peces, miles de peces que habían crecido en tamaño como si nunca hubiesen visto depredador en su vida y junto con grandes olas se acercaban a la desdichada ciudad.

FIN!!!!

Los niños del futuro 5

«Los niños del Futuro» es una historia que escribí en mi adolescencia y que años después la mejoré para que su lectura sea más agradable. ¿Se dará el milagro?

La voy a publicar en pequeñas partes todos los martes a las 18hs hora Argentina, 23hs hora de España, 17hs Miami.

Espero que la disfruten:

 “El árbitro ha pitado el fin de la primera etapa, los jugadores argentinos se van al vestuario, muy preocupados, para idear como harán para dar vuelta este resultado que, por ahora, le está negando la gloria.”

-¡Gordo despertate!- dijo el rata.

-¡¿Qué?! ¡Si vos no le saliste!- le respondió el gordo.

-¡El gordo tiene razón, no tenés que dejar que patee!- dijo la pulga.

-¡¿Qué decís vos?! ¡Sí no pasaste más rápido en el  primer gol!- le dijo el cabezón.

-¡Bueno, ya está, no importa! ¡Ni bien mueven, salimos a marcar con todo, dale que lo damos vuelta!- les dijo con confianza Carlitos.

  “Los equipos ya están dispuestos en el campo de juego para comenzar el segundo tiempo; Michael Owen que la pasa para David Bekham, que la tiene y hace la pausa, tira el centro para Owen que la fue a buscar, cabezazo ¡El arquero!”

“Se salvó Argentina gracias a una gran volada de su arquero que impidió el 3 a 0, un resultado que le resultaría casi imposible de remontar.”

-¿Cómo va el partido?- le preguntó uno de los hermanos del rata a el hombre que controlaba el tiempo, el joven junto con sus otros hermanos decidieron ir a ver el encuentro.

-2 a 0 ganan los del pasillo 5.

-¡Pero la puta madre che! ¡A ver si ponen huevos!- con euforia enseguida gritó.

-¡Que van a poner huevos si son pechos fríos igual que ustedes!-le respondió del otro lado de la cancha uno de los hermanos mayores de los chicos del otro pasillo.

“Centro de David Beckham… a las manos del arquero que sale rápido en la contra con la pulga Leonel Mercado; la lleva atada al pie, amaga a uno, pasa a otro, pasala que está solo Carlitos, patea al arco ¡Gol! ¡Goool de Argentina! ¡Que se quiere acercar en el resultado, el partido ahora está Inglaterra 2 Argentina 1!”

“Así es, tras haberla recuperado el arquero se la dio rápido a la pulga que tras haber pasado a dos marcadores se decidió patear al arco en vez de tirar el centro para Carlitos y de un violento derechazo que logró tumbar el poste, clavó el 1-2.”

-¡Tiempo!

-¡Adicioná el tiempo perdido he!- le dijo el hermano del rata al borracho mientras los chicos ataban con un trapo el travesaño de tacuara al palo que se había caído.

-¿Cómo? Sí, no hay problema- dijo el hombre que controlaba el reloj y luego tomó un trago profundo a su bebida alcohólica como los que pocos mortales pueden soportar.

“El encuentro se reanuda y la pelota es toda de Inglaterra que tiene el control del partido y va al ataque en busca de otro gol que le dé más tranquilidad en el resultado.”

-Che, ya se cumplió el tiempo, terminálo- le dijo el compañero de tragos al hombre que tenía el reloj.

-¡No, pará! ¡Tenés que adicionar, acordáte los minutos que estuvo parado el juego cuando se rompió el arco!- le dijo el hermano del rata.

-Tenés razón che, no me acuerdo cuanto era, que jueguen un rato más.

…continuará.

Los niños del futuro 4

«Los niños del Futuro» es una historia que escribí en mi adolescencia y que años después la mejoré para que su lectura sea más agradable. Boca – River, Barcelona – Real Madrid, son juego de niños al frente de este clásico.

La voy a publicar en pequeñas partes todos los martes a las 18hs hora Argentina, 23hs hora de España, 17hs Miami.

Espero que la disfruten:

 “Buenas tardes a todos, señoras y señores bienvenidos al encuentro más trascendental de la temporada. El destino ha querido que, nada menos que en la final del mundial, se enfrenten Argentina a la poderosa Inglaterra; en lo que será uno de los encuentros más recordados de la historia.”

 “Así es, con un marco imponente que nos acompaña, estos serán los que representarán a la selección Argentina en este cotejo:”

“En el arco “el gordo” Mauro Cabral, 7 años; primer central “el cabezón” Damián Benítez, 8 años; segundo central “el rata” Luis Villarreal, 7 años; en la delantera tenemos a “la pulga” Leonel Mercado, 6 años; y finalmente con la nueve “Carlitos” Carlos Fabián Sotomayor, de 9 años.”

    “Gran tensión en el estadio, los cohetes ensordecen y los papelitos tapan toda la cancha; los delanteros argentinos están en el centro del campo esperando la orden del árbitro.”

Uno de los borrachos hizo un gesto levantando la mano para luego meterse dos dedos en la boca y silbar.

“Y arrancó el partido, Carlitos se la pasa a la pulga que quiere hacer la pausa pero ¡Terrible falta! ¡¿Pero qué el árbitro no vio nada?!”

La falta fue cometida por un chico que era más grande que los demás, de unos 12 años, quien de una patada hizo volar a la pulga y después de un fuerte zapatazo clavó el uno a cero al otro palo del arquero, que estaba distraído abrazado al poste. 

“Goool de Inglaterra; el delantero, tras una falta que el árbitro decidió no ver y aprovechando la distracción del arquero, con un fuerte derechazo anota para poner al equipo británico 1 a 0 sobre la Argentina.”

-¡Dale despertate Gordo!- le dijo el cabezón, refunfuñando.

-Perdón- dijo el gordo riendo y rascándose la cabeza- atajo otro.

“El partido continua, aún falta mucho, va a mover la Argentina que pierde uno a cero. Carlitos nuevamente sale con la pulga que esta vez amaga ante su corpulento marcador, pasa uno, dos, centro para Carlitos ¡El arquero!”

-¡Dale que empatamo!- arengaba a sus compañeros el cabezón.

“Sale la contra de Inglaterra, tocando con precisión con el moreno Campbell, que la pasa para Owen, esquiva la marca, sale el arquero, patea ¡Gooool!”

“Gran gol de Inglaterra, Michael Owen tras haber pasado la marca a gran velocidad del cabezón Benítez y luego con un disparo certero que pasó entre las piernas del arquero, marca el 2 a 0 para la alegría de los británicos presentes.”

Al costado de la cancha estaban los hermanos mayores de los chicos del pasillo contrario  alentándolos.

-¿Che cuanto ya pasó?- le preguntó uno de los borrachos al otro.

-No, no sé; parale por si las dudas.

 -¡Tiempo! ¡Terminó el primer tiempo!

-¡¿Qué?! ¡¿Tan pronto?!- gritó a pulga.

…continuará.

Los niños del futuro 3

«Los niños del Futuro» es una historia que escribí en mi adolescencia y que años después la mejoré para que su lectura sea más agradable. A prepararse, que el partido está por comenzar.

La voy a publicar en pequeñas partes todos los martes a las 18hs hora Argentina, 23hs hora de España, 17hs Miami.

Espero que la disfruten:

El encuentro

Los equipos ya se encontraban en el campo de juego, uno en cada lado de la cancha esperando el comienzo del cotejo; mientras los capitanes arreglaban las condiciones del encuentro.

-¡Pan!

-¡Queso!

-¡Pan!

-¡Queso! ¡Listo, nosotros nos quedamos de este lado!

-Bueno, 2 tiempos de veinte minutos. Pero ¿Quién controla?

Al costado de la canchita había dos sujetos, muy pasados de alcohol, deleitándose entre risas con un vino en caja de cartón, sentados en un montículo de tierra.

-¿Pueden controlar ustedes?- se acercó Carlitos a los borrachos para pedírselo.

-Bueno, está bien- miró su reloj que no paraba de moverse- métanle nomás.

Luego de resolver el horario del partido, Carlitos volvió para hablar con su equipo e hizo la pregunta de la cual todos huyen.

-¿Quién ataja? Último- dijo apresurado Carlitos.

-Ante- dijo la pulga.

-Ante penúltimo- le siguió el cabezón.

-Ante ante penúltimo- dijo el gordo tratando de no ser el último en contestar.

-Ah, eso no vale- dijo el rata- yo soy el más bajito, yo no puedo atajar, atajá gordo.

-Dale atajá gordo- dijo también el cabezón.

-Les dije que no iba a atajar.

-Dale, un gol nomás y después hacemos cambio- le dijo la pulga.

-Está bien atajo, pero solo porque es desafío- contestó el gordo haciendo berrinches mientras se dirigía al arco.

  Todo estaba listo para el encuentro, el partido más  importante del año está a punto de comenzar. Aunque para algunos es un partido de barrio más, el hecho de que la imaginación sea infinita lo puede transformar en un evento de inigualables características.

…continuará.