Los niños del futuro 11

«Los niños del Futuro» es una historia que escribí en mi adolescencia y que años después la mejoré para que su lectura sea más agradable. Un director técnico estrella…

La voy a publicar en pequeñas partes todos los martes a las 18hs hora Argentina, 23hs hora de España, 17hs Miami.

Espero que la disfruten:

Charla Técnica

El rata ingresó al baldío y tras cruzar entre unos chicos que estaban sentados al frente de este tapando sus rostros con bolsitas de papel, se recostó en una heladera vieja que estaba tirada de costado;allí descansó hasta que lo sorprendió la mañana y los golpecitos en la chapa de la pulga que acababa de llegar.

-Hola pulga vení, entrá en nuestro escondite secreto- le dijo el rata.

Su escondite secreto justamente era la concavidad de la heladera, ya que esta miraba hacia una pared dándole la espalda a la entrada del baldío; un lugar en donde nadie podía verlos, en especial cuando jugaban a escondidas de sus padres.

-¿Estás listo?- le preguntó el rata.

-Si decime.

El rata puso la remera abollada entre sus piernas, la desenvolvió y de ella sacó una pistola.

-Mirá esto es de mi papá, el con esto siempre trae plata a casa.

-No, no me gusta nada- le dijo la pulga un poco asustado- mejor me voy.

-¡Esperá!- le dijo tomándole la mano para que no se marchase- ¿Vos querés seguir viendo a tu mamá así? Mi papá siempre hace esto y mi mamá siempre tiene para darnos, inclusive ropa y juguetes.

-No sé, no estoy muy seguro.

-Dale, que con esto tu mamá se va a poner muy feliz.

-Bueno, lo voy a hacer, pero solo por ella.

-Listo, hecho, entonces vamos- le dijo el rata poniéndole la pistola en la mochila, luego se levantaron y se fueron del lugar.

Continuará…

Los niños del futuro 10

«Los niños del Futuro» es una historia que escribí en mi adolescencia y que años después la mejoré para que su lectura sea más agradable. Un jugador estrella…

La voy a publicar en pequeñas partes todos los martes a las 18hs hora Argentina, 23hs hora de España, 17hs Miami.

Espero que la disfruten:

El jugador de los sueños

Había un barquito chiquito hecho de papel por sus propias manos en la canaleta que corría a gran velocidad debido a la reciente lluvia, la pequeña niña quiso agarrarlo pero al tocar el agua esta se convirtió en un mar; entonces ella se metió al agua para detener al barquito que se marchaba ante sus ojos pero el mar de repente se transformaba en un espeso lodo que la inmovilizaba y que por más que luchaba, no podía hacer nada para recuperar su barquito que se perdía en el horizonte como el sol en el atardecer; hasta que por fin despertó.

-Que sueño más feo- dijo la madre de la pulga mientras veía a su hijo ponerse la mochila-¿A dónde vas?

-Hola má, voy a vender  las mentitas.

La madre se levantó, puso a calentar el mate cocido que guardó del día anterior junto con una tarta frita y encendió un rato el televisor.

“Último momento, acaba de renunciar el ministro de economía tras haber sido rechazado su paquete de medidas, en instantes ampliaremos” se oía en la televisión.

-Pero ¿A dónde vamos a ir a parar así?- dejó escapar su pensamiento en voz alta la mamá de la pulga mientras le daba la taza para que coma algo antes de salir- no voy a dejar que salgas sin que hayas desayunado.

-¡Gracias mamá!- le dijo recibiendo la taza- ¿Puedo entonces mirar dibujitos un rato?

La madre sonriéndole cambió de canal y puso caricaturas para que él se entretenga mientras tomaba su mate cocido.

-Está bien mi nene- le dijo y fue a ordenar la cama en donde dormía junto a su pequeño.

Una vez que terminó de desayunar y que se cansó de mirar los dibujitos, se levantó y fue a saludar a su madre para así marcharse a vender sus mentitas como lo hacía todos los días. Entonces su madre lo abrazó con fuerza demostrándole cuanto lo amaba y lo miró queriendo tal vez decirle que cuando el regrese le tendría preparado un rico bifecito de carne para almorzar, pero bien ella sabía que no tenía dinero para ofrecerle tal cosa.

-Hoy traigo algo rico para comer- le dijo la pulga adivinando el pensamiento de su madre.

Luego el niño se marchó ante la orgullosa mirada de su madre, que respetaba el esfuerzo que el hacía siendo tan pequeño y con un sentido tan grande de la responsabilidad que le recordaba a su difunto padre. A aquel hombre con el que se casó, que todas las mañanas temprano se levantaba para ir a trabajar a la fábrica en el puerto para que a ella no le falte nada durante su embarazo.

Ellos vivían en un pequeño departamento alquilado, en donde hacían sus planes para tener su propia casa, pero la crisis los sorprendió y él fue despedido por recorte de personal; entonces al ya no poder pagar el alquiler y al no tener a donde ir, por recomendación de un amigo de la fábrica, consiguieron un terrenito en la villa para instalarse “momentáneamente” como ellos creían, hasta que él consiguiese un nuevo trabajo. Su marido en esos días se enfermó y al no tener dinero para ser atendido por un buen médico, tuvo que dejarlos sin poder cumplir con los sueños que a sí mismo se había prometido.

“Hay amor si tan solo pudieras ver a tu nene, lo guapo que es” pensaba su madre mientras veía a su hijo marchar creyendo que se iba a vender las mentitas en la calle, pero en realidad él se dirigía a encontrarse con su amigo el rata en el baldío.

Continuará…

Los niños del futuro 9

«Los niños del Futuro» es una historia que escribí en mi adolescencia y que años después la mejoré para que su lectura sea más agradable. Juego de niños…

La voy a publicar en pequeñas partes todos los martes a las 18hs hora Argentina, 23hs hora de España, 17hs Miami.

Espero que la disfruten:

Problemas entre jugadores y barras

-Hola ma- dijo el rata mientras entraba corriendo a su casa.

-Hola mi nene- le respondió su madre tapándose el rostro para que no la viese llorar.

El pequeño se dirigió directamente hacía donde estaba la cama de sus padres, se agachó ante ella y de debajo de esta sacó una caja de zapatillas de cartón, mirando hacia atrás de reojo espiaba que su madre no lo viese, y para esto era necesario que lo haga con rapidez.

“Acá tiene que estar el juguete de papá” pensó, pero cuando estuvo a punto de abrirla escuchó unos pasos que le obligaron a detenerse.

-¿A dónde estabas? ¡Te dije que te quedaras en la casa!- gritó llorosamente la madre.

-Tengo que hacerlo mamá, es para nuestro bien.

-¡No digas eso, sabes bien que estas son cosas de tu padre! ¡No te involucres con lo que él hace!

El rata dejó la caja y se escondió tras un pequeño armario, al otro lado del cuarto. Tratando de hacer el máximo silencio, escuchó como su hermano quitaba la caja de debajo de la cama para poner algo adentro y volver a guardarla,  luego se marchaba nuevamente para seguir hablando con su madre. “Es mi oportunidad, mañana le tengo que dar el juguete de papá a la pulga” pensó el niño, con las pulsaciones a mil se acercó a la caja, sacó el pesado fierro del padre y lo envolvió en una remera; pensó en salir hacia donde estaba su hermano y su madre pero se detuvo para escuchar la conversación.

-¿Qué no me involucre? ¡¿Porque decís esas pelotudeses y no aceptas las cosas como son?!

-Es que, ¿Qué va a hacer de tu hermanito si se entera?

El rata comenzó a escuchar muchos pasos afuera de la casa de hombres rodeándola, eran policías y estaban dispuestos a entrar; por más que quisiera escuchar que era lo que le ocultaba su madre, al tener él el juguete de su papá y de estar decidido a dársela a la pulga, le hacía poco conveniente que siguiera estando ahí. Pateó una madera podrida con cuidado y se dispuso a salir por ese lugar, mientras su familia seguía hablando y los policías se acercaban a la puerta para tumbarla.

 -Mamá sabes bien que papá cayó preso con sangre en sus manos y yo tengo que hacerme cargo de nosotros.

Ni bien el adolescente terminó de decir eso, varios hombres uniformados entraron tras haber tumbado la frágil puerta y redujeron al joven tanto como a su madre. Unos segundos antes, el rata ya se había ido del lugar, no llegó a oír lo que dijo su hermano, aunque si oyó los golpes de los policías mientras escapaba corriendo del lugar.

Continuará…

Los niños del futuro 8

«Los niños del Futuro» es una historia que escribí en mi adolescencia y que años después la mejoré para que su lectura sea más agradable. ¡Que sigan los festejos!

La voy a publicar en pequeñas partes todos los martes a las 18hs hora Argentina, 23hs hora de España, 17hs Miami.

Espero que la disfruten:

    -ja ja, que pelotudo ese gato- dijo riendo el cabezón.

Aunque siempre repetitiva la formula, nunca se agotan las carcajadas que despierta dicha caricatura; en la que el gato que es el encargado de la seguridad de la casa, es burlado varias veces por el ratón al esconderse en su guariducha después de robarse un trozo de queso de la heladera de su patrona y luego esta venía enfurecida al ver que el gato parecía un incompetente por no poder atrapar al roedor e inclusive en otras ocasiones creyendo que él era el ratero, o que confabulaba con el ratón para robarle a la pobre e indefensa mujer. Pero esta vez, no para todos era infalible el efecto de producir la sonrisa, la pulga no se reía a la par de sus amigos y esto fue algo que no pudo ocultárselo al rata, que desde el principio ya se había dado cuenta.

-¿Qué te pasa pulguita? ¿Por qué estas con esa cara?- le preguntó el rata.

-Es que me pone muy triste ver a mi mamá así, yo salgo y hago lo que puedo vendiendo las golosinas, pero desde que se fue mi papá todo se hizo más difícil- le respondió la pulga con la voz entrecortada.

El rata quedó pensando un instante luego le respondió.

-Yo sé cómo ayudar a tu mamá.

-¿Cómo?- preguntó enseguida la pulga con brillo en los ojos.

-Mirá mañana nos encontramos en el baldío y te cuento ¿Esta bien?

-Bueno, quedamos así entonces- dijo la pulga y se puso a mirar los dibujitos animados renovado de alegría, ya que una nueva ilusión nacía en él.

Continuará…

Los niños del futuro 7

«Los niños del Futuro» es una historia que escribí en mi adolescencia y que años después la mejoré para que su lectura sea más agradable. 

La voy a publicar en pequeñas partes todos los martes a las 18hs hora Argentina, 23hs hora de España, 17hs Miami.

Espero que la disfruten:

Los festejos

“Cada treinta minutos con la información” se escuchaba en la radio “Violenta ola de asaltos en el centro de la ciudad, que ha dejado un saldo de cinco detenidos y un delincuente muerto. También, entre otras noticias, una nueva empresa es declarada en quiebra; los trabajadores deciden hacer una protesta y amenazan con cortar las calles para impedir los despidos. En media hora volvemos con más noticias.”

-¡Pero qué bárbaro!- dijo la señora mientras hacía entrar la ropa ante la inminente lluvia.

-Hola má- dijo la pulga abriendo la puerta de un empujón y entrando a la casilla con sus amigos.

-Hola mi corazón ¡¿Qué hacen todos sucios así?! ¡Otra vez jodiendo con la pelota che!

-¿Má podemos mirar la tele un rato?- le preguntó el niño ignorando totalmente el reto de su mamá.

-Pero, mirá como llueve, puede caer un rayo y…- le dijo su madre, que al verlos tan ilusionados por mirar los dibujitos, se enterneció y cambió de parecer- bueno, pero primero les voy a preparar un rico mate cocido con tarta frita ¿Quieren?

 -¡Sí!- gritaron los pequeños con alegría.

La mujer se dio vuelta y encendió el televisor, luego caminó unos pasos detrás de este aparato en donde tenía una pequeña garrafa con una hornalla y la encendió para calentar una pava de agua. De aquel viejo aparador que fuera regalo de su madre antes de irse de su casa sacó el frasco de yerba, que para su mala suerte yacía vacío; entonces tomó una toalla que puso sobre su cabeza y saliendo en la lluvia fue a la casa de su vecina para pedirle que le prestara un poco.

-Hola vecina ¿Cómo le va? ¿No tendría un poco de yerba para prestarme?

-Otra vez pidiendo ¡¿Qué nunca tenés nada vos?!

-Es que es para los chicos, quiero prepararles un mate cocido- le respondió la madre de la pulga mirando hacia abajo.

-Bueno tomá, pero no podés seguir así pidiendo todo el tiempo, yo también apenas tengo para mí.

La vecina le dio en una bolsita un poco de yerba a la señora quien volvió a su casa con algunas lágrimas en sus ojos, las cuales creyó poder disimular con las gotas de la lluvia. Sacó las tasas y siguió preparando el mate cocido.

La señora preparó dos grandes tasas para que compartan los chicos, luego con un poco de harina amasó y puso a fritar la tarta frita que luego repartió entre los pequeños que no paraban de reírse ante las alocadas caricaturas “la risa de los niños es algo que levanta el ánimo” pensó y después vio que la vecina que le había prestado la yerba, sonriendo le hacía señas mostrándole su pava, invitándole a tomar unos mates; para no traicionar a su costumbre de todas las tardes y en donde pensaban en alguna solución a la constante crisis que los golpeaba.

-Soñando el pobre cumple sus anhelos- le dijo recibiéndole con un mate cebado.

 -Así es mi querida vecina- le respondió esta tras haberle dado un buen sorbo al agua caliente recién cargada.

El televisor blanco y negro, tras unas interferencias, dejó ver los dibujitos animados y aunque los otros niños se habían puesto muy contentos, ya que les gustaba mucho ver la eterna y divertida persecución que tenía el gato sobre el ratón, la pulga no podía esconder su tristeza al ver, a pesar de su corta edad, que a su madre le era muy difícil llevar su hogar adelante; por esto era que él todos los días salía a la calle a vender mentitas, para tratar de ayudar un poco en su casa.

…continuará.