«Los niños del Futuro» es una historia que escribí en mi adolescencia y que años después la mejoré para que su lectura sea más agradable.
La voy a publicar en pequeñas partes todos los martes a las 18hs hora Argentina, 23hs hora de España, 17hs Miami.
Espero que la disfruten:
Los festejos
“Cada treinta minutos con la información” se escuchaba en la radio “Violenta ola de asaltos en el centro de la ciudad, que ha dejado un saldo de cinco detenidos y un delincuente muerto. También, entre otras noticias, una nueva empresa es declarada en quiebra; los trabajadores deciden hacer una protesta y amenazan con cortar las calles para impedir los despidos. En media hora volvemos con más noticias.”
-¡Pero qué bárbaro!- dijo la señora mientras hacía entrar la ropa ante la inminente lluvia.
-Hola má- dijo la pulga abriendo la puerta de un empujón y entrando a la casilla con sus amigos.
-Hola mi corazón ¡¿Qué hacen todos sucios así?! ¡Otra vez jodiendo con la pelota che!
-¿Má podemos mirar la tele un rato?- le preguntó el niño ignorando totalmente el reto de su mamá.
-Pero, mirá como llueve, puede caer un rayo y…- le dijo su madre, que al verlos tan ilusionados por mirar los dibujitos, se enterneció y cambió de parecer- bueno, pero primero les voy a preparar un rico mate cocido con tarta frita ¿Quieren?
-¡Sí!- gritaron los pequeños con alegría.
La mujer se dio vuelta y encendió el televisor, luego caminó unos pasos detrás de este aparato en donde tenía una pequeña garrafa con una hornalla y la encendió para calentar una pava de agua. De aquel viejo aparador que fuera regalo de su madre antes de irse de su casa sacó el frasco de yerba, que para su mala suerte yacía vacío; entonces tomó una toalla que puso sobre su cabeza y saliendo en la lluvia fue a la casa de su vecina para pedirle que le prestara un poco.
-Hola vecina ¿Cómo le va? ¿No tendría un poco de yerba para prestarme?
-Otra vez pidiendo ¡¿Qué nunca tenés nada vos?!
-Es que es para los chicos, quiero prepararles un mate cocido- le respondió la madre de la pulga mirando hacia abajo.
-Bueno tomá, pero no podés seguir así pidiendo todo el tiempo, yo también apenas tengo para mí.
La vecina le dio en una bolsita un poco de yerba a la señora quien volvió a su casa con algunas lágrimas en sus ojos, las cuales creyó poder disimular con las gotas de la lluvia. Sacó las tasas y siguió preparando el mate cocido.
La señora preparó dos grandes tasas para que compartan los chicos, luego con un poco de harina amasó y puso a fritar la tarta frita que luego repartió entre los pequeños que no paraban de reírse ante las alocadas caricaturas “la risa de los niños es algo que levanta el ánimo” pensó y después vio que la vecina que le había prestado la yerba, sonriendo le hacía señas mostrándole su pava, invitándole a tomar unos mates; para no traicionar a su costumbre de todas las tardes y en donde pensaban en alguna solución a la constante crisis que los golpeaba.
-Soñando el pobre cumple sus anhelos- le dijo recibiéndole con un mate cebado.
-Así es mi querida vecina- le respondió esta tras haberle dado un buen sorbo al agua caliente recién cargada.
El televisor blanco y negro, tras unas interferencias, dejó ver los dibujitos animados y aunque los otros niños se habían puesto muy contentos, ya que les gustaba mucho ver la eterna y divertida persecución que tenía el gato sobre el ratón, la pulga no podía esconder su tristeza al ver, a pesar de su corta edad, que a su madre le era muy difícil llevar su hogar adelante; por esto era que él todos los días salía a la calle a vender mentitas, para tratar de ayudar un poco en su casa.
…continuará.
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