Hacía calor en la tarde de la Provincia de Mutsu. La dama de compañía Sakura, se abanicaba recostada por la mampostería de duro cedro de una de las habitaciones de una pequeña casa de placer a las afueras de la ciudad, ella esperaba la llegada de un comandante extravagante llamado Shibata Nagoya que tenía que hacer una parada antes de seguir su viaje al feudo de su señor luego de que este pasara un tiempo en el castillo del Shogun. La mujer tenía un contrato que hacer valer con esa persona, días atrás había recibido una importante suma de dinero para recibir a este samurái, ella nunca lo había visto pero le reconocería por un detalle, el hombre vendría vestido con un kimono celeste y con una katana que en su empuñadura tendría tallado un extraño caballo con un cuerno de oro que sobresalía de la madera. Al fin ya entrando la noche la comitiva de este comandante llegó al lugar. No fue muy difícil de reconocerle por su extraña apariencia, un caballero con un kimono Celeste entrando arrogantemente sentándose frente al tabernero y pidiéndole el saque más caro que tenía era muy difícil de que pase desapercibido. Sakura se acercó a él tapándose el rostro con su abanico, de momentos corría el abanico dejando ver su joven y hermoso rostro; el comandante Shibata Nagoya inmediatamente la reconoció como la mujer más linda de la casa de placer así que no fue muy difícil para ella entablar la conversación que los juntaría a compartir de la bebida.
Luego de unos instantes de disfrutar de la velada cantando, riendo y bebiendo; ella invita al comandante Nagoya a ir a un lugar menos concurrido así que se dirigen a sus aposentos para pasar una hermosa noche. El hombre una vez en el cuarto de Sakura se arrodilló y dejó su katana a un costado.
-¡Que katana tan extraña tienes!- le dijo Sakura sin dejar de abanicarse.
-Así es, fue hecha a pedido especialmente por mi- le respondió y tomó su espada con seguridad- ¿Quieres verla?
Entonces desenfundó su katana. La espada en si era muy hermosa, con el llamativo detalle ornamental dorado con forma de unicornio, el cual parecía tener rota la punta de cuerno; lo extraño era que estaba espectacularmente limpia, no tenía rastros de haber sido usada y no tenía rastros de que hubiese asesinado a alguien con el filo de la katana. Esto hizo dudar a Sakura ya que su cliente quería venganza por la muerte que éste le provocó a su familiares pero esta arma no parecía ser la causante. «Va ese no es mi problema» pensó Sakura, luego él volvió a guardar su katana y ella se acercó al samurai.
Sin soltar su abanico comenzó acariciarlo mientras el hombre se dejaba llevar por el placentero momento haciendo que se diera la oportunidad de que él baje un instante la guardia, era el tiempo necesario a aprovechar para cumplir con la misión que le habían encomendado. Tomó del cuello al comandante acariciandolo con una mano mientras que con la otra apretó fuertemente su abanico para clavarle por lo menos una de las puntas con forma de aguja que sobresalían de este. El comandante Nagoya notó que los músculos de su compañera se tensaron entonces tomó su espada y sin desenfundarla hizo chocar la empuñadura con el cuerno de oro en el abanico de Sakura. Cuando esto ocurrió una nube de humo surgió del choque de las dos armas, ahí estaba el secreto de por qué Nagoya no tenía defectos en el filo de su espada, usaba un veneno en aquel cuerno para matar a sus víctimas. Lo que ninguno de los dos esperaba es que ese veneno actuaría de una manera extraña al mezclarse con el veneno del abanico de Sakura. El humo que se formó rápidamente círculo en los pulmones de los dos provocándoles instantáneamente la muerte.
La joven cumplió la venganza que le habitan encomendado pero para su desgracia no pudo disfrutar del dinero que había ganado por su trabajo; nadie nunca supo qué le había pasado a los dos, cual fue la causa de la muerte y nadie supo qué fue de la gran suma de dinero que Sakura tenía guardada en una pequeña caja de madera, salvo por la persona que contrató los servicios de la joven ninja, y que en el anonimato festejó por la caída del peligroso envenenador Shibata Nagoya, el principal samurai del ahora desprotegido señor feudal de la Provincia de Mutsu.
Fin? Continuará?