Los niños del futuro 7

«Los niños del Futuro» es una historia que escribí en mi adolescencia y que años después la mejoré para que su lectura sea más agradable. 

La voy a publicar en pequeñas partes todos los martes a las 18hs hora Argentina, 23hs hora de España, 17hs Miami.

Espero que la disfruten:

Los festejos

“Cada treinta minutos con la información” se escuchaba en la radio “Violenta ola de asaltos en el centro de la ciudad, que ha dejado un saldo de cinco detenidos y un delincuente muerto. También, entre otras noticias, una nueva empresa es declarada en quiebra; los trabajadores deciden hacer una protesta y amenazan con cortar las calles para impedir los despidos. En media hora volvemos con más noticias.”

-¡Pero qué bárbaro!- dijo la señora mientras hacía entrar la ropa ante la inminente lluvia.

-Hola má- dijo la pulga abriendo la puerta de un empujón y entrando a la casilla con sus amigos.

-Hola mi corazón ¡¿Qué hacen todos sucios así?! ¡Otra vez jodiendo con la pelota che!

-¿Má podemos mirar la tele un rato?- le preguntó el niño ignorando totalmente el reto de su mamá.

-Pero, mirá como llueve, puede caer un rayo y…- le dijo su madre, que al verlos tan ilusionados por mirar los dibujitos, se enterneció y cambió de parecer- bueno, pero primero les voy a preparar un rico mate cocido con tarta frita ¿Quieren?

 -¡Sí!- gritaron los pequeños con alegría.

La mujer se dio vuelta y encendió el televisor, luego caminó unos pasos detrás de este aparato en donde tenía una pequeña garrafa con una hornalla y la encendió para calentar una pava de agua. De aquel viejo aparador que fuera regalo de su madre antes de irse de su casa sacó el frasco de yerba, que para su mala suerte yacía vacío; entonces tomó una toalla que puso sobre su cabeza y saliendo en la lluvia fue a la casa de su vecina para pedirle que le prestara un poco.

-Hola vecina ¿Cómo le va? ¿No tendría un poco de yerba para prestarme?

-Otra vez pidiendo ¡¿Qué nunca tenés nada vos?!

-Es que es para los chicos, quiero prepararles un mate cocido- le respondió la madre de la pulga mirando hacia abajo.

-Bueno tomá, pero no podés seguir así pidiendo todo el tiempo, yo también apenas tengo para mí.

La vecina le dio en una bolsita un poco de yerba a la señora quien volvió a su casa con algunas lágrimas en sus ojos, las cuales creyó poder disimular con las gotas de la lluvia. Sacó las tasas y siguió preparando el mate cocido.

La señora preparó dos grandes tasas para que compartan los chicos, luego con un poco de harina amasó y puso a fritar la tarta frita que luego repartió entre los pequeños que no paraban de reírse ante las alocadas caricaturas “la risa de los niños es algo que levanta el ánimo” pensó y después vio que la vecina que le había prestado la yerba, sonriendo le hacía señas mostrándole su pava, invitándole a tomar unos mates; para no traicionar a su costumbre de todas las tardes y en donde pensaban en alguna solución a la constante crisis que los golpeaba.

-Soñando el pobre cumple sus anhelos- le dijo recibiéndole con un mate cebado.

 -Así es mi querida vecina- le respondió esta tras haberle dado un buen sorbo al agua caliente recién cargada.

El televisor blanco y negro, tras unas interferencias, dejó ver los dibujitos animados y aunque los otros niños se habían puesto muy contentos, ya que les gustaba mucho ver la eterna y divertida persecución que tenía el gato sobre el ratón, la pulga no podía esconder su tristeza al ver, a pesar de su corta edad, que a su madre le era muy difícil llevar su hogar adelante; por esto era que él todos los días salía a la calle a vender mentitas, para tratar de ayudar un poco en su casa.

…continuará.

Los niños del futuro 6

«Los niños del Futuro» es una historia que escribí en mi adolescencia y que años después la mejoré para que su lectura sea más agradable. «Final infartante.»

La voy a publicar en pequeñas partes todos los martes a las 18hs hora Argentina, 23hs hora de España, 17hs Miami.

Espero que la disfruten:

 “Ya se ha cumplido el tiempo reglamentario, en cualquier momento esto se termina, pero ¿Habrá rato para una más? Desde su área la lleva el rata que pasa la mitad de la cancha y la va a pasar ¡Faul! Tiro libre para la Argentina, ahora suben todos a buscar el empate milagroso.”

-¡He tiempo! ¡Terminá el partido!- gritaban del otro lado de la cancha.

-¡Dejá que patee!- le dijo el hermano del rata.

“Le va a pegar el gordo Cabral, todos están en el área buscando el empate. Patea rastrero, un busca pie que rebota en la pierna de un defensor, le queda para la pulga que dispara, el arquero da un rebote corto, arremete el cabezón Benítez que la empuja forcejeando entre golpes con lo último que tiene ¡Gol! ¡Goool de Argentina! ¡El partido ahora está 2 a 2!”

-¡Gooool! ¡Tomá para vos puto!- tomándose los genitales le gritaba uno de los hermanos del  rata a la tribuna rival.

-¡He hijo de puta! ¡¿Por qué no terminaste el partido?!- se escuchaba el grito de protesta enardecido desde el otro lado de la cancha.

-Tranquilos muchachos, el que hace el gol gana- dijo riéndose el borracho.

“Clima tenso en el estadio, las tribunas están enloquecidas, esto podría no terminar bien ya que las medidas de seguridad no dan garantías. ¡El partido se define por el gol de oro, el primero en anotar será el campeón del mundo!”

“Saca del medio Carlitos, que se la pasa a la pulga y va a buscar el centro, la pulga que la recibe y es fauleado terriblemente, pero se levanta y sigue adelantando la pelota.”

 El balón entre las imperfecciones propias de la cancha de tierra fue picando sin poder ser controlada por el defensor, que erró la patada cayéndose al suelo.

“Pifia del defensor que es aprovechada por la pulga, que tira el centro para Carlitos, el cabezazo ¡Gol! ¡Goool de la Argentina! ¡Argentina es el nuevo campeón del mundo! ¡El plantel muy alegre va a festejar junto a su hinchada, ante la tristeza y bronca del equipo rival, una final que nunca olvidarán!”

  Los niños muy contentos fueron a festejar con los hermanos del rata este gran triunfo, cuando de repente, voló una botella desde el otro lado de la cancha que explotó en pedazos cerca de donde estaba ellos.

-¡Hijos de puta! ¡Nos robaron el partido!

-¡Andá a cagar vos! ¡Quien les mandó a ser tan perros!

Dos jóvenes de entre 17 y 19 años, uno por cada lado, se acercaron al centro del campo.

-¡¿Qué te pasa a vos?! ¡¿Querés que te cague a trompadas?!

-¡¿Qué vos creés que te tengo miedo?! ¡Probá tu suerte putita!

Los jóvenes muy enardecidos comenzaron a empujarse, sin dejar de mirarse fijamente el uno al otro; hasta que finalmente uno de los dos lanzó el primer golpe, y tras ese primer golpe las dos hinchadas saltaron al campo de juego para entrelazarse en una pelea, la dignidad y el honor del pasillo que antes fue defendida por los más pequeños en un partido de futbol ahora era asunto de los más grandes que trataban de imponerse mediante la fuerza.

La lluvia se hacía presente en la batalla y los niños que eran espectadores de la pelea prefirieron marcharse del lugar para no recibir más tarde un castigo por parte de sus madres cuando los encontrasen, aparte de lastimados, con la ropa toda teñida de barro.

-Vamos a tu casa pulga- dijo el gordo.

-Vamos, si, a mirar dibujitos un rato- este le respondió.

.continuará.

Los niños del futuro 1

«Los niños del Futuro» es una historia que escribí en mi adolescencia y que años después la mejoré para que su lectura sea más agradable; es un cuento que por momentos se me hacía difícil procesar su contenido, pero más allá de eso hice el esfuerzo y logré terminarla.

La voy a publicar en pequeñas partes todos los martes a las 18hs hora Argentina, 23hs hora de España, 17hs Miami.

Espero que la disfruten:

La convocatoria

-¡¿Qué te pasa a vos?! ¡He! ¡¿Qué me decís?! ¡No te escucho!- ponía su mano cerca de su oreja para oír mejor mientras levantaba las cejas y miraba hacia otro lado en un gesto sobrador-¡Vá, igual le ganamos siempre!

-¡De suerte nomás nos ganan! ¡Vas a ver! ¿Le jugamos un partido o tenés miedo?

-¡Pero andá! ¡Armá tu equipito y nos vemos en un rato en la canchita!

-Dale, esta vez se van a comer una goleada.

-¡Jaja, quiero ver a tu murguita a ver que hacen!

Los dos niños se retiraron por sus respectivos pasillos para armar sus equipos; entre las señoras que aprovechaban el día para colgar sus ropas en sus improvisados tendales, algunos hombres que se juntaban para tomar unos mates y también entre otro grupo que tal vez, se tomaban algún vinito para ahogar algunos sinsabores de la vida, iba Carlitos reclutando a sus amigos en las casillas de cuatro metros cuadrados del superpoblado barrio.

-¡Dame te digo!- forcejeaba un niño con otro más pequeño.

-¡Mamaá!- gritó el más chico de los dos llorando tras no haber podido quedarse con el juguete que era el centro de la disputa.

-¡Damián! ¡Prestale el autito a tu hermanito!- la mujer dejó sus quehaceres  por un momento y se acercó a los niños para hablarles, esta vez con un tono más agradable- ¿No ves que él es más chiquitito que vos? Aprendé a compartir ¿Sí mi hijito? 

-Bueno, está bien- respondió el pequeño ante la agradable presencia de su madre.

Mientras la mujer limpiaba las lágrimas del rostro del más pequeño se podía escuchar unos piecitos correr y tras unos golpecitos en la puerta de madera vieja comida por la humedad y las hormigas, el niño más grande fue a abrirla.

-¿Qué hacés cabezón?- le dijo Carlitos que venía corriendo.

-¿Cómo andás Carlitos, todo bien?

-Preparate que hay fubol contra los del otro pasillo.

-Hu, bueno dale.

Los dos chicos fueron a buscar a otro integrante del equipo, que estaba al otro lado de un pequeño muro que dividía la villa de una avenida asfaltada con veredas.

-¡Mentitas! ¡Mentitas! ¡Treinta centavos la cajita!- gritaba el pequeño-¿Señor quiere comprar mentitas?

-No gracias, te agradezco-le decía un hombre que pasaba muy apresuradamente, como casi todos los que caminaban por ahí; este hombre por lo menos le respondió, ya que la mayoría simplemente lo ignoraba.

-¿Qué haces pulga? Dejá un rato las mentitas y vamos a jugar un partido-le decía uno de sus amigos que habían venido a buscarlo.

…continuará.

Días de Mariposa (completo)

Hola mis amigos, a continuación les dejo los links ordenados de mi novela corta «Días de Mariposa» para que les sea mas fácil su lectura. Saludos a todos…

Días de Mariposa 1: https://mytussdiegorelatos.home.blog/2019/05/28/dias-de-mariposa-1/

Días de Mariposa 2: https://mytussdiegorelatos.home.blog/2019/06/04/dias-de-mariposa-2/

Días de Mariposa 3: https://mytussdiegorelatos.home.blog/2019/06/11/dias-de-mariposa-3/

Días de Mariposa 4: https://mytussdiegorelatos.home.blog/2019/06/18/dias-de-mariposa-4/

Días de Mariposa 5: https://mytussdiegorelatos.home.blog/2019/06/25/dias-de-mariposa-5/

Días de Mariposa 6: https://mytussdiegorelatos.home.blog/2019/07/02/dias-de-mariposa-6/

Días de Mariposa 7: https://mytussdiegorelatos.home.blog/2019/07/09/dias-de-mariposa-7/

Días de Mariposa 8: https://mytussdiegorelatos.home.blog/2019/07/16/dias-de-mariposa-8/

Días de Mariposa 9: https://mytussdiegorelatos.home.blog/2019/07/23/dias-de-mariposa-9/

Días de Mariposa 10: https://mytussdiegorelatos.home.blog/2019/07/30/dias-de-mariposa-10/

Días de Mariposa 11: https://mytussdiegorelatos.home.blog/2019/08/06/dias-de-mariposa-11/

Días de Mariposa 12: https://mytussdiegorelatos.home.blog/2019/08/13/dias-de-mariposa-12/

Días de Mariposa 13: https://mytussdiegorelatos.home.blog/2019/08/20/dias-de-mariposa-13/

Días de Mariposa 14: https://mytussdiegorelatos.home.blog/2019/08/27/dias-de-mariposa-14/

Días de Mariposa 15: https://mytussdiegorelatos.home.blog/2019/09/10/dias-de-mariposa-15/

Días de Mariposa 16: https://mytussdiegorelatos.home.blog/2019/09/17/dias-de-mariposa-16/

Días de Mariposa 17: https://mytussdiegorelatos.home.blog/2019/09/24/dias-de-mariposa-17/

Días de Mariposa 18: https://mytussdiegorelatos.home.blog/2019/10/01/dias-de-mariposa-18/

Días de Mariposa Final: https://mytussdiegorelatos.home.blog/2019/10/08/dias-de-mariposa-final/

Días de Mariposa Final

Todo tiene un final, gracias por tomarse el tiempo de disfrutar este humilde trabajo, me tomó un tiempo conciderable poder escribirlo, y con que les haya gustado al menos un poco, ya es suficiente para mi. 

«Días de Mariposa» es una novela corta en la que estuve trabajando hace ya un tiempo, la estuve  publicando en pequeñas partes todos los martes a las 18hs hora Argentina, 23hs hora de España, 17hs Miami.

Espero que la disfruten:

Último día de la mariposa

Tras unas horas de recorrer el oscuro bosque el cuerpo de Juan comenzó a debilitarse haciéndole perder el control del coche y fue así que detuvo la marcha sin poder impedirlo tras chocar contra unos troncos podridos. Tomó el frasco de la mariposa que ya no se movía y se bajó del auto, con la visión borrosa caminó unos metros débilmente, este era su último esfuerzo, ya podía sentir a la muerte cerca de él.

-¡¿Dónde estás?!¡Sal y quítame esta maldición, al menos ten el coraje de enfrentarme! –gritó ya muy cansado Juan.

Podía escuchar como en un sueño las sirenas de la policía y la ambulancia acercándose hacia él. Intentó correr un poco pero al estar muy débil tropezó e hizo caer el frasco al piso rompiéndose en pedazos. Entonces se arrodilló y lloró como nunca antes lo había hecho; con sus manos cortadas y sangrando tomó al insecto que ya no se movía y simplemente esperó el momento en el que ya no hubiera nada más.

 Entre lágrimas que caían sobre la mariposa que yacía muerta en sus manos ensangrentadas poco a poco fue entregándose a su final cayendo sin fuerzas hacia adelante, borrosamente pudo ver unos brazos que lo sujetaban haciéndole sentir en paz como nunca antes se había sentido.

“Estaré en el cielo y un ángel me ha tomado” pensó Juan, luego muy despacio comenzó a escuchar una dulce voz muy cerca del oído.

-Tranquilo  Juan, calma que estarás bien, no dejaré que nada malo te pase, yo te cuidaré.

Juan abrió los ojos y el aire que había salido por su boca retornó a él produciéndole ganas de gritar.

-¡Valentina! ¿Sos vos? –dijo muy fuerte  y temblando.

-Sí soy yo mi apreciado amor –acariciándole la cabeza le contestó la enfermera –tranquilo que a partir de ahora no te abandonaré.

-Gracias por salvarme -le dijo juan tomándole la mano.

-Ahora levántate y vamos –le respondió la muchacha con voz muy tranquila.

Dejó la mariposa muerta en el suelo y lentamente fue caminando abrazado por Valentina hacia la ambulancia, había renacido y su corazón latía sanamente a esta nueva vida que le abría las puertas.

  Se subió al coche y unos momentos después el vehículo arrancó; luego, horas después, la  policía remolcó el auto chocado y se marchó también del lugar.

Era ya la medianoche en el bosque, las ranas y los grillos hacían su orquesta habitual cuando apareció una fuerte ventisca y en un remolino levantó a la mariposa muerta haciéndola girar varias veces, luego mágicamente comenzó a mover sus alas recobrando la vida y, ante los animales que hicieron silencio respetuosamente por unos instantes, fue volando hasta posarse en la mano de la diosa de la primavera que se encontraba en la parte más profunda del bosque.

-Has cumplido con tu misión y has convertido a un gusano en una bella mariposa, por eso has sido revivida, ahora eres libre también –dijo y soltó a la mariposa que volando se perdió en el firmamento nocturno.

El pequeño insecto comenzaba una nueva vida habiéndose convertido en una nueva especie de mariposa y en la más hermosa de todas, gracias a que había redimido los pecados del corazón de Juan Cortés.

 Ese es el poder de la primavera.

—-FIN—-

Días de Mariposa 18

«Días de Mariposa» es una novela corta en la que estuve trabajando hace ya un tiempo, la voy a publicar en pequeñas partes todos los martes a las 18hs hora Argentina, 23hs hora de España, 17hs Miami.

Espero que la disfruten:

Día Nueve

Desde que comenzó la primavera este era el primer día nublado, por la ventana se podía escuchar la bulliciosa estampida de vehículos que traían y llevaban a las personas en sus quehaceres; también se sentía la alta humedad en el ambiente que junto con el calor y el humo de los autos que subía a los cielos hacían de aquel día una jornada insoportable. En este día tan insoportable Juan observaba un punto fijo en la pared sentado en la cama, a su lado tenía el frasco con la mariposa tirada en el fondo apenas moviendo una de sus alas pero él la ignoraba a propósito, a esta altura de su historia, con los ojos secos, solo esperaba la culminación de la maldición que triunfaría sobre él cobrándose su vida.

-Hola Juan ¿Cómo estás? Vine a darte mi apoyo amigo, verás que todo va a salir bien –le dijo su amigo José, quien había ido a visitarlo.

Juan lo miró y no le contestó, simplemente bajó la mirada hacia el suelo con tristeza.

Con lágrimas en los ojos José tomó su mano muy fuerte, aquel sujeto empalidecido y en estado de abandono hace unos días atrás era un rey radiante al que todos admiraban u odiaban pero jamás podían ignorar, entonces prosiguió.

-Yo sé que vas a salir de esta, siempre fuiste de corazón aguerrido y…

En ese momento por la ventanilla de la puerta vio Juan que una joven caminaba de un lado a otro varias veces con rostro de preocupación. Su mente en un ataque de euforia como si fueran fotografías una detrás de la otra la recordó y sus músculos de repente se tensaron y recobraron sus fuerzas.

-¿Esa chica es la que conociste en el baile de la primavera?                      –preguntó Juan sin mirarlo.

-Sí, se llama Laura, es mi novia, desde ese día somos inseparables    –le contestó José sonriendo.

 Juan rápidamente se levantó, tomó su frasco y empujó a José, luego de un golpe abrió la puerta y se abalanzó sobre la desprevenida muchacha tomándola del cuello con la mano que tenía libre.

-¡Vos, vos estabas esa noche! ¡¿Decime de donde la conocés?! ¡Vos sos su cómplice!

-No sé de qué me hablás –temblando del miedo le contestó la joven.

-¡A la bruja que me tiró esta maldición!

-No, no la conozco. No sé de quién me estás hablando.

-¡Soltála Juan! –le gritó José.

-Dame las llaves de tu auto y la suelto –dijo Juan apretando más aún el cuello de la sorprendida muchacha.

José metió la mano en su bolsillo y tras revisar cual era la correcta le dio las llaves de su auto, mientras tanto la seguridad del hospital estaba tras de Juan esperando que él tome las llaves para atraparlo pero por más que lo intentaron varias veces no pudieron reducirlo y Juan, tras forcejear contra estos, los dejó exhaustos y escapó.

“Debo huir” pensaba Juan “voy a ir al bosque y mataré a esa perra, entonces no moriré solo.”

-Hola –dijo la mujer tras levantar el teléfono.

-Doctora Medina, el paciente de la habitación 219 ha escapado, se está llevando todo por delante, ni siquiera la seguridad puede detenerlo.

-¡¿Qué?! ¡Inyéctenle un tranquilizante y déjense de jugar carajo!      –contestó la Doctora y tras cortar enfadada el teléfono se dirigió rápidamente a constatar lo que estaba ocurriendo.

Juan corrió por los pasillos del hospital ante los ojos sorprendidos de los que se encontraban en su camino, los enfermeros y los agentes de seguridad trataban de atraparlo pero él los empujaba y desde el suelo le veían seguir su marcha sin detenerse; hasta que llegó al estacionamiento donde lo esperaba un coupé azul propiedad de su amigo José, probó nervioso las llaves y una vez dentro arrancó el motor del automóvil huyendo rápidamente del lugar. Una ambulancia salió tras de él y luego se le sumó la policía que también había sido alertada. Con el ceño fruncido y balbuceando Juan cambiaba de marcha a gran velocidad esquivando autos y personas hasta llegar a la autopista que lo conduciría al bosque, desde el aire era notable y atrapante la persecución entre el coupé azul, la ambulancia y los vehículos de la policía.

Tras varias horas de viaje  y de persecución, después de tomar una buena distancia entre su vehículo y sus perseguidores, llegó al bosque en donde se adentró bruscamente girando a su costado, a partir de aquí estuvo ocupado esquivando árboles y troncos caídos para dirigirse a lo más profundo del bosque.

Su tiempo se terminaba, ya había comenzado el último día de la mariposa.

 …continuará.

Días de Mariposa 17

«Días de Mariposa» es una novela corta en la que estuve trabajando hace ya un tiempo, la voy a publicar en pequeñas partes todos los martes a las 18hs hora Argentina, 23hs hora de España, 17hs Miami.

Espero que la disfruten:

Día Ocho

Era una bella mañana en la ciudad, se podía ver a las familias caminar en el parque situado frente al hospital y a los niños jugando en las hamacas. También se podía ver a los perros corretear a las palomas que se juntaban a comer las migas que los paseantes les arrojaban, entonces éstas volaban aprovechando la libertad de la que contaban, no así la mariposa de Juan que permanecía encerrada en el interior del frasco golpeándose las alas contra sus bordes intentando escapar.

-Ya te liberaré, mariposa -le decía Juan –en el momento en que Valentina me responda, pase lo que pase, te dejaré ir.

            Juan esperaba ansioso la respuesta que aquélla bella joven le daría a la hora del almuerzo, pero algo no estaba bien. De repente, la mariposa  cesó en sus intentos por escapar al sentirse sin fuerzas, y lentamente y en círculos descendió a la base del frasco. El insecto presentía que algo malo estaba sucediendo, esa es la intuición del corazón.

Ya a la hora del almuerzo, Juan esperaba en su habitación con las manos  cruzadas, muy nervioso, haciendo girar sus pulgares; cuando de repente la puerta se abrió y para desilusión de sus ojos nuevamente, era otra persona quien traía la comida.

            -¿Y Valentina? ¿Por qué no vino?

            -¿Te referís a Valentina Rodríguez? Ella todavía está a prueba porque recién empieza como enfermera, lo más probable es que la hayan trasladado a otro hospital.

            El mundo de ilusiones que había creado en su mente se volvió confuso y gris. En ese momento giró su vista hacia el frasco y percató que la mariposa ya no volaba. La profunda tristeza que se había apoderado de él los días anteriores volvía a su persona.

            -No voy a comer -le dijo Juan a la enfermera -de qué sirve que coma alguien que va a morir. Me gustaría hablar con mi madre, si la pueden llamar.

            Así fue que en el transcurso de la tarde su madre se hizo presente muy angustiada al enterarse por boca de las enfermeras que su hijo se rendía poco a poco a la muerte.

            -¡Mi hijo! ¡Cómo podés decir tal barbaridad! Si los médicos dicen que estás sano.

            -Es que ¡mamá! ¡Mira a la mariposa, ya no vuela!

            -¡Basta ya! Dejáte de joder con ese bicho de porquería -le interrumpió su madre enojada, cansada ya de aquéllos desvaríos que solo le causaban dolor a su corazón -¿No ves que solo es un bichito que no hace nada? Ni bueno ni malo, solo sufre porque lo tenés encerrado.

            -Mamá, tenés que averiguar qué paso con la enfermera Valentina Rodríguez; y si no la encontrás, hacé todo lo posible para sacarme de acá, así paso los últimos días de mi vida en casa.

            -Parece que no me has escuchado ¿Qué te pasó mi niño que quedaste así? -le dijo su madre entre lágrimas.

            La madre se retiró de la habitación y cumplió con lo que Juan le había pedido. Intentó averiguar qué había pasado con la enfermera pero nadie le dio una respuesta. También habló con los médicos para ver si había alguna posibilidad de que le dieran el alta ya que se le veía mejor.

            -Lo siento señora -le respondió el médico –sé que sus intenciones son buenas, pero ante las declaraciones de su hijo, lo mejor es que esté vigilado porque podría intentar suicidarse.

            -¡Ay no! -dijo la señora cubriéndose la boca con la mano.

            -Aquí va a estar más seguro, lo mejor es que se quede unos días más en el hospital.

…continuará.

Días de Mariposa 16

«Días de Mariposa» es una novela corta en la que estuve trabajando hace ya un tiempo, la voy a publicar en pequeñas partes todos los martes a las 18hs hora Argentina, 23hs hora de España, 17hs Miami.

Espero que la disfruten:

Día Siete

Tras haber pasado la mitad del día haciéndose tediosos estudios y tras haber demostrado amabilidad y buena conducta, los médicos decidieron darle permiso para que saliera al patio del hospital, era un hermoso día de primavera para que tanto él como su mascotita pudieran disfrutarlo al menos un momento.

-Hoy me decido corazón -le hablaba Juan a la mariposa -la voy a invitar a salir. Me he portado bien, me tienen que dejar ir, además que ganan ellos teniéndome encerrado todo el tiempo en este horrible lugar.

Unas curiosas palomas bajaron de los árboles del patio y se acercaron a él esperando que las alimentase, Juan solo las miraba ya que no tenía nada para darles, fue cuando vio a Valentina caminando en los pasillos del hospital, como en una obra cinematográfica sus elegantes movimientos parecían hacerse en cámara lenta y al verla le hacía sentir algo a lo que no estaba acostumbrado, una agradable sensación en el pecho que no le era común. ¿Será que había encontrado el amor? ¿Será que podría romper el maleficio? Pero como si fuera un adolescente las dudas superaban a sus certezas.

-Hola Juan ¿Cómo está tu corazón? -le preguntó Valentina que decidió quedarse a conversar un rato con él.

-No es mi corazón, es… es una mariposa que tengo encerrada en un frasco. ¿Viste que ya no estoy loco? -le respondió Juan sonriendo.

-Qué bueno, entonces ya podés abrir la tapa del frasco y dejarla libre.

-Yo la dejaría libre solo si me prometes algo, que saldrías a cenar conmigo.

La chica abrió los ojos con sorpresa, luego miró hacia abajo sonriendo, por unos momentos olvidó que él era un paciente y ella una enfermera y se dejó llevar por las ilusiones de su joven corazón.

-Me sorprendiste, no sé qué decirte -sonrió nerviosa -creo que tengo que atender a los demás pacientes, ya estuve mucho tiempo contigo, la próxima vez que nos veamos te contesto.

Se retiró caminando a gran velocidad ante un sonriente Juan, luego de que se fue él tomó su frasco y lo acercó a su pecho.

-ves corazón, si ella me contesta que sí, me juego y te libero -se detuvo un rato a pensar -y sí he de morir habré de morir, espero que sea buena mi suerte.

La mariposa no dejaba de revolotear dentro del frasco, tal vez estaba ilusionada ante la promesa de su dueño, así podría disfrutar de las flores de la primavera. Juan apreciaba a las palomas volar, Valentina de a ratos detenía sus quehaceres para pensar y la mariposa bailaba en su limitado aire; los tres sin saber que desde una ventana, anotando en su planilla, la doctora Roxana Medina con desagrado había visto todo lo ocurrido.

-¿Me mandó a llamar doctora?

-Sí pasá sentáte -le respondió sin moverse de su escritorio -la mandé a llamar porque noté una conducta inapropiada para una enfermera, no debería mantener ese tipo de relaciones con sus pacientes, al menos no adentro del hospital, además recuerde el detalle de que es “un paciente”.

-Es que…

-¡¿Es que qué?! -la interrumpió bruscamente -¿Qué le va a crear falsas expectativas? Recuerde que ese muchacho no está bien de la cabeza -se levantó y caminó con los brazos cruzados en su espalda por detrás de Valentina -siga mi consejo, usted es muy joven, no tire por la borda su carrera por errores como ese. Ahora retírese y luego se le comunicará la sanción pertinente.

Se había hecho de noche ya y Juan que había mejorado de manera sorprendente esperaba acostado con ansias la hora de la cena, cuando alguien abrió puerta.

-Buenas noches señor Juan Cortes, es hora de la cena.

-¿Y Valentina? ¿Porque no vino?

-¿Se refiere a la señora Rodríguez? No ella no pudo venir por motivos que desconozco -le respondió la nueva enfermera.

…continuará.

Días de Mariposa 15

«Días de Mariposa» es una novela corta en la que estuve trabajando hace ya un tiempo, la voy a publicar en pequeñas partes todos los martes a las 18hs hora Argentina, 23hs hora de España, 17hs Miami.

Espero que la disfruten:

            -Yo no estoy loco emm, Valentina -le dijo mirando la placa identificadora que tenía en su camisa, pasó toda la mañana con la mandíbula endurecida pero el comer los pétalos de la flor aparentemente le había ayudado a recobrar el habla -¿Cuánto tiempo más voy a estar encerrado acá?

            -¿Por qué tenés esa mariposa en ese frasco? Estamos en primavera, deberías dejarla ir.

            -¡No puedo! -dijo Juan abrazando al recipiente que contenía al insecto -¡Este es mi corazón y no puedo dejar que nada malo le pase!

            -Por conductas como esta es que no podés salir de acá. -le dejó la bandeja, se levantó y se dirigió hacia la puerta de la habitación-encerrándolo solo le hacés más daño, deberías dejar que vuele libre. Ahora me voy a ver a los otros pacientes.

            “Debería dejarla libre” ”encerrándola solo le hago más daño” pensaba Juan, estas palabras le quedaron resonando en su cabeza ya que un fuerte significado contenían, su corazón estaba encerrado y él tenía el poder para liberarlo, pero su miedo era tan fuerte que esta tarea le parecía imposible. También quedo pensando en la joven enfermera, porque para él si fuera otra la situación esta señorita sería una de sus habituales presas de la noche.

            Tras haber oscurecido, en vísperas del horario de la cena, juan esperaba que la joven enfermera le trajera la comida, le era muy agradable que una bella joven le atendiera aunque por su boca no fuera a pasar ningún bocado, raramente había adquirido ese último día una necesidad inmensa de ingerir flores con la cual suplantaba a la comida normal; también avisó a su madre para que le trajera rosas, cosa que la señora hizo aunque le había parecido extraño el pedido, era su niño pequeño, lo que le pidiera ella trataría de llevarle.

            -Hora de la cena -dijo la enfermera al entrar, que para la suerte de Juan, era la misma que había venido a la mañana -esta vez sin reproches te la vas a comer eh.

            -sos muy joven ¿Hace mucho que sos enfermera? -le preguntó Juan con una sonrisa, galán había sido toda su vida y si le tocara morir siendo galán moriría.

            -He, hoy es mi primer día.

            -Sos una chica muy linda, es una suerte para mí que me hayan internado justo cuando vos empezabas -le dijo Juan mirándole sus delicadas manos revolver la sopa -tal vez sea el destino el que quería que nos conozcamos.

            -Bueno gracias -dijo Valentina sonriendo -pero no me vas a convencer, vas a tener que comerte esta sopa.

            -No puedo, en verdad aunque quisiera. Es que estoy maldito, por eso es que como flores.

            -Sí es así es mejor que no pierda mi tiempo y me vaya a ver a los otros pacientes, a ver si también tienen historias como esa para no comer.

            La sonrisa de la joven se borró y se levantó molesta entonces Juan la tomó de la muñeca y al hacerlo sintió como una energía le recorría el cuerpo desde sus pies hasta sus cabellos, su corazón comenzó a latir con más fuerza haciéndole vibrar los labios y su ser comenzó a levantar temperatura.

            -Quedáte un rato más, por favor -le dijo mirándola con los ojos entristecidos.

            -Bueno, solo unos minutos -le respondió ella luego de mirarlo un rato también, Juan era un hombre que solía tener un efecto muy influyente sobre las mujeres.

            Así fue que hablaron unos momentos de cosas vanas y en el frasco, aunque fuera de noche, la mariposa revoloteaba con mucha energía chocándose en incontables ocasiones contra el vidrio, había recobrado su fuerza y volaba con alegría.

            -Bueno, ya me tengo que ir.

            -¿Volvés mañana a hablar conmigo? Prométemelo -le dijo él tomándole la mano.

            -Voy a tratar, ahora tratá de descansar y cuanto mejor te portés más rápido vas a salir de acá.

            La enfermera apagó la luz y cerró la puerta, Juan por un momento olvidó la maldición de la mariposa y logró dormirse con felicidad en su pecho.

…continuará.

Días de Mariposa 14

«Días de Mariposa» es una novela corta en la que estuve trabajando hace ya un tiempo, la voy a publicar en pequeñas partes todos los martes a las 18hs hora Argentina, 23hs hora de España, 17hs Miami.

Espero que la disfruten:

Día Seis

La mujer estaba sentada en su escritorio, en una mano sostenía unos papeles mientras que con la otra daba pequeños golpecitos a la mesa con su birome, luego de un momento tomó el teléfono.

            -Sí, decíle que pase. -dijo la señora y colgó el teléfono para seguir leyendo aquellos expedientes.

            Lentamente y con vergüenza una joven abrió la puerta de la oficina.

            -Pasá ¿Sos Valentina Rodríguez no?

            -Buenos días, si así es.

            -Bienvenida al cuerpo de enfermería de este Hospital.- en un instante se levantó- Acompañáme.

            La mujer se paró y salió caminando a una velocidad considerable, la joven quien tardó en reaccionar, fue tras ella hacia el sector de los dormitorios tratando de seguir su ritmo.

            -Vos vas a empezar a trabajar en este sector, de este lado tenés enfermeros, de este también, mirá este chico -golpeó la ventana del dormitorio de Juan quien estaba abrazado a su frasco -llegó hoy con un estado de ira pero ya se calmó ¿Lindo chico no? Lástima que no esté bien de la cabeza; bueno en fin, al fondo tenés el baño. -giró sobre sus pasos y se dirigió a su oficina caminando a gran velocidad -cualquier duda que tengas ahí tenés un teléfono, preguntá por la Doctora Roxana Medina y voy a venir a ayudarte.

            La muchacha nuevamente quedó paralizada en su lugar con la palabra en la boca, viendo esta vez como la Doctora cerraba la puerta de su consultorio desde lejos; esperó un momento y tomó el teléfono que estaba en la pared.

            -Hola, necesito hablar con la Doctora Roxana Medina. Hola Doctora, quería hacerle unas preguntas, es que, es que me quedaron algunas dudas…

            Con la mirada entristecida, estando acostado, Juan observaba hacia su costado a la mariposa que se posaba en un tallo de la flor, privada de su esperanzasentro del frasco, lentamente y con elegancia movía sus alas absorbiendo la cálida luz del sol que se filtraba entre las cortinas de la habitación. ”Me quedan pocos días de vida, si tan solo tuviera fuerza para escapar o al menos algo filoso para cortarme las venas” pensaba Juan perdiendo las esperanzas.

            La puerta se abrió y una joven enfermera ingresó a la habitación con la bandeja del almuerzo en sus manos, acercó una silla y se sentó junto a él.

            -Bueno días señor Juan Cortés, es hora del almuerzo -dijo la muchacha e intentó acercar la cuchara a la boca de Juan pero el moviendo su cabeza se negó a comer, luego señaló unas flores que estaban sobre la mesa en un hermoso jarroncito blanco.

            -Bueno, yo le paso las flores pero después va a almorzar.

            Al tomar la flor juan primero la olió luego comenzó a comérsela entonces la enfermera se la quitó.

            -¡No! -le dijo la muchacha como si fuera un niño pequeño -este es su almuerzo.

…continuará.