«Días de Mariposa» es una novela corta en la que estuve trabajando hace ya un tiempo, la voy a publicar en pequeñas partes todos los martes a las 18hs hora Argentina, 23hs hora de España, 17hs Miami.
Espero que la disfruten:
– ¡¿Qué?! … ¿Que te ofendo? -las venas de los brazos de Juan se le saltaban como si estuvieran por explotar y apretó con tanta fuerza la mesa que comenzó a machucarla -¡Muy enamorado eh! ¡No me hagás reír!
La mirada de Juan comenzaba a turbarse y sus músculos se tensaron como nunca antes. Le enfurecía el hecho de que sus amigos encontraran el amor tan fácilmente, él lo necesitaba mucho más que cualquiera, su vida dependía de ello; sin embargo éste se le negaba, era una injusticia para él, como una mala jugada del destino.
Con furia alzo la mesa y la tiró hacia la pared, luego tomó de la camisa a Martín y le hizo caer al suelo para después posarse sobre él y apretarle fuertemente el cuello.
-Juan calmáte ¡soltáme por favor! -con la voz apagándosele apenas esbozó Martín.
-¡Muy enamorado he!
Poco a poco Martín oponía menos resistencia, se estaba entregando a su triste final en manos de aquel monstruo irreconocible, ante un amigo al que quería más que a un hermano.
Los ruidos alertaron a los enfermeros, quienes entraron al cuarto y sujetaron a Juan con fuerza antes de que acabe con la vida de Martín que desconcertado quedó en el suelo tosiendo. Juan seguía sin reaccionar, estaba poseído por una furia animal.
-Debemos trasladarlo al cuarto especial y calmarlo -le dijo el doctor a los enfermeros, quienes lo llevaron a un dormitorio en donde tenían una cama con amarras a la cual lo sujetaron tras muchos forcejeos con el paciente.
-¿Qué fue lo que pasó doctor? -preguntó su madre muy preocupada al llegar al hospital con el frasco en la mano, así como se lo había pedido su pequeño bebe.
-Lo tuvimos que llevar a un cuarto especial en donde lo hemos sujetado con amarras a una cama, tuvo un ataque de ira y atacó a un muchacho que vino a visitarlo, cuando llegamos estaba apretando su cuello hasta casi dejarlo inconsciente.
-¡Oh Dios! -dijo muy asustada la madre de Juan llevándose la mano al pecho.
-Nada parece tranquilizarlo, tal vez si usted le habla pueda volver en si -le dijo el doctor y la acompañó a donde estaba Juan.
La entristecida mujer entró al cuarto y mayor aun fue su desconsuelo al ver las muñecas de Juan amorotonadas de tanto forcejear, también vio sus ojos perdidos, ojos que se habían teñido completamente de negro sin explicación alguna; y escuchó sus tenebrosos sus gritos, parecía poseído por algún espíritu inmundo. Pero nada de estas cosas es demasiado para el corazón de una madre, que juntando fuerzas se acercó y puso su cálida mano en la frente de su pequeño hijo, así como nunca ella dejó de verlo a él, su pequeño niño que poco a poco fue calmándose gracias a su intervención.
-Calma hijo, calma que acá está mamá.
-Mamá, mamá ¿me trajiste mi mariposa? ¿Me trajiste mi mariposa?
-Si mi bebé -la señora le entregó el frasco con el insecto alado dentro, la flor ya estaba marchita pero la mariposa aún seguía con vida -acá te traje tu mascotita.
-No es mi mascotita, es mi corazón; y si no la cuido algo malo me va a pasar.
De los ojos de la mujer comenzaron a brotar lágrimas, creía que su hijo estaba perdiendo la cordura, lo desató y Juan abrazó el frasco entre las caricias de su madre que habían logrado calmarlo, luego de unos minutos el doctor la llamó por la ventanilla detrás de la puerta.
-Lo siento señora, pero su hijo deberá quedarse internado en observación.
-Sí, si está bien -le dijo la mujer entre lágrimas -está desvariando, ayúdelo a que vuelva a ser el que era por favor.
Desde la ventanilla se lo podía ver a Juan sentado sobre la cama abrazando al frasco de la mariposa, mirando de un lado a otro, protegiéndolo de que nada le pase; así fue que pasó el día cinco.
…continuará.